Quisiera correr...

Quisiera poder volver a correr y en esta ocasión, no detenerme nunca. Añoro sentir el aire azotando mis cabellos embravecidos y las piernas a una marcha enloquecida y como desesperadas de escapar de todo y de todos, a un lugar donde nadie puediera encontrarme. Añoro esa sensación de libertad corriendo entre mis venas como fuego de un volcán, abriéndose paso a bocanadas y subiendo la adrenalina hasta los topes.

La gente se queja de muchas cosas, y tienen al alcance de sus manos y sus pies mil cosas, cosas que yo no puedo conseguir por mas que me lo proponga; y si hago algo, el precio es tan alto que a veces siento que no vale la pena intentar, si después estoy peor que si me estuviera muriendo.

Necesito correr para sentirme persona, para sentir que no hay infinitas enfermedades poblándome y multiplicándose por todo mi cuerpo; para dejar de sentir que mi alma se va despellejando sin remedio mezclada entre el veneno de una agonía asfixiante y recalcitante.

Me gustaría correr con alguien y que hiciera renacer en mis entrañas esas ansias de ser mejor, de superarme, de crecer... De olvidar que no soy nada.

Pero este sinvivir encarcelado entre barrotes de arsenio, me hace mirar a los que corren en la distancia, con la envidia de ver sus pies moviéndose como yo quisiera moverlos y llegar donde nadie llegó... más allá de un suspiro de vida...