Se me cubre el tiempo de cipreses muertos y las horas de flores secas, tratando de vestir de algún color la desnudez de tu ausencia… Chorrea el aroma de tu soledad en cada pared de mi consumida alcoba y, el eco retumba espinado en cada recodo de mi saqueado mundo, con tu nombre como estandarte de sus susurros…
El mar perdió el color azul y embraveció sin remedio ante tu pérdida; incluso el cielo se tornó negro sin estrellas que pintaran el camino que llevaba hacía ti cada anochecer… Se me volvió fría la piel sin tus caricias y el invierno vistió mi corazón de nieve y estalactitas…
Colgué a mis “te quiero” una piedra y los lancé al lago de mis lágrimas de metal oxidado, cerrando las persianas de mis sentimientos para siempre, y quemando aquel “te amo” envenenado cubierto de espinas que un día me dijiste sin oler su rastro de quimera...
Y aunque tus marcas de un desplumado ayer, me seguirán allá donde vaya por el resto de mis destintados días, seguiré arrullando el césped de mis ojos para que mañana cuando salga el sol, deshaga mis pensamientos de tu recuerdo…
Nefer... ¿y esas profundidades?
ResponderEliminarMañana siempre nos trae algo de sensatez, la suficiente para hacernos desistir. Lo único que hay que hacer es aguantar esas pequeñas traiciones que llegan a debilitarnos cuando menos lo esperamos, cuando más superado creíamos tenerlo todo.
La imagen me ha recordado al clip de Madonna...
Un abrazo!
Me encanta escribir, y a veces busco lo que me inspire, aunque sea buscar en lo que sentí hace mucho tiempo atrás ;) Hay que buscar los "musos" tanto en el pasado como en el presente. Siempre hay algo o alguien que me produzca esas ganas de escribir y doy gracias por ello...
ResponderEliminarUn abrazo y buen comienzo de semana