Destapamos la caja sorpresa del 2011. Dimos el tiro de salida y arrancó sin más mediación que un silencio relleno de lo mismo que 60 segundos atrás. No sentí nada especial, ni un grito de júbilo en mi corazón, ni una explosión burbujeante en mi cabeza… NADA
Sigo arrastrando lo mismo al nuevo año, porque a fin de cuentas sólo cambiamos de número. Las mismas preocupaciones, sensaciones, problemas, esperanzas, anhelos…
Este año ya ni lo celebramos con aceitunas (rellenas, no me seáis bestias que ya os veo imaginándome escupiendo los huesos en plan proyectil aéreo) no me gustan las uvas. Este año, porque para chulos mi padre y yo, tocaron pistachos. Ele, ahora vas y lo cascas!!! Y sí, sin cáscaras, de momento no soy como un Hámster donde ir alojando todo en un almacén bucal y después sacarlo. Eso sí, que bien van para comerlos, sin hacerse una bola en la boca, puedes hablar, reír (bueno, eso creo, reír no he reído) masticar entre campanada y campanada, y sin los problemas babeantes y parlantes de “Felí Ado Güevo” chorreando jugo por las comisuras como si la mandíbula se hubiera fugado a bucear olvidada en cualquier copa de cava…
He mirado al nuevo año con una ceja medio levantada desafiante crujiéndome los nudillos y el cuello; y una cínica sonrisa en los labios (eso porque como ya os he dicho no tenía la bola gastronómica uvoide o aceitunoide dando vueltas entre los dientes). Acojonaito estaba diciendo “entro, no entro, entro, no entro” patita fuera, patita dentro, patita fuera, patita dentro… Espero que el condenado que al final se decidió a una entrada sórdida e insonora (le quité el matasuegras y el confeti) se porte bien, si no al final me voy a liar tortazos añales, astrales y cósmicos y como empiece no paro, me conozco…
Al menos ha habido algo distinto a los demás. El primer año en muchos años que no empiezo amorrada al Sr. Roca felicitándonos el año cara a cara... Increíble!!! Este año el WC me ha mirado con lágrimas en los ojos, no de tristeza, si no de alegría que por fin le haya dejado tranquilo por una vez en tantos fin de años que hemos pasado juntos.
Al final el 2011, se sentó a mi lado acurrucándose en mi manta, más vale atarle en corto y vigilarle de cerca, y juntos esperaremos acontecimientos. Unicamente quiero que se porte bien con los que me rodeáis, con los que de una manera u otra formáis parte de mi existencia. Quiero que os cuide, os proteja, y se solucionen las cosas para bien.
Si estáis bien, yo estaré bien...
Si sois felices, yo seré feliz...