19 mar 2019

Solo Lulu

Hace un año que no asomo el hocico por aquí y sé que a nadie le pilla por sorpresa. Lo increíble hubiera sido ser capaz de escribir al menos una vez cada mes. Ahí si que hubiera roto esquemas y la gente estaría pensando: "¿Qué ha pasado aquí? ¡Esta no es nuestra loca de siempre!

Pondrían la voz en grito. Se repartirían panfletos de "Se busca", (obviamente con una de mis peores fotos como es tradición en estos casos), y a este blog lo denunciarían por robo de identidad.

Si soy sincera, no sé que hago aquí, porque tanto vosotros como yo sabemos de que no voy a ser capaz de seguir una pauta para escribir, y voy a seguir cambiando el orden de las palabras cada dos por tres, (no queráis saber cuantas veces tengo que releer lo que escribo, y aún así, siempre acabo liándola).

Los que me hayáis leído desde un principio, habréis notado que hay cambio de nombre. Siempre he pensado que lo de "Lady" era demasiado cursi, incluso no me pegaba, así que desde ahora sólo seré Lulu.

Después de estas tres últimas semanas en las que no he parado de tener ataques de ansiedad, y causarme un brote de fatiga en donde la mayoría de días no he sido capaz ni de hablar, ni ver TV, ni nada, me lo he tomado como un aviso. Entre nosotros, siendo sincera, esta vez sí que he creído que tenía algo realmente malo. Pero afortunadamente, una vez más, parece que no y esto ha hecho que mi mente y mi actitud cambien.

Hasta un extraño pensamiento hizo mella en mí. ¿Qué hubiera pasado si en vez de mis padres llamarme M, me hubieran llamado Lulu? A lo mejor Lulu hubiera tenido un destino diferente. A lo mejor no hubiera sufrido abusos de pequeña. A lo mejor su madre la hubiera querido. A lo mejor no hubiera sufrido la violación casi a los 19 y no hubiera sido bulímica ni hubiera coleccionado enfermedades, como parece que hago.

Pero también es verdad que entonces no sería quien soy ahora. No sería fuerte ni luchadora. Tal vez no hubiera tenido el maravilloso padre que tuve, ni el marido tan maravilloso con quien comparto lo bueno y lo malo de la vida ahora. Tal vez, tampoco tendría a mis tres peludas, ni estaría en USA.

Lo que si siento es que debo dejar a M detrás. M está quemada, cansada y sin ganas de nada. Ya no tiene luz ni alegría. Y Lulu tiene ganas de vivir, de reír, de hacer excursiones, de escribir, de luchar de nuevo, de no rendirse, de trabajar con la arcilla y las pinturas.

Me pregunto si esto es lo que llamarán un desdoblamiento de la personalidad o es tan sólo que necesito y quiero reinventarme.

Va a ser difícil. Un camino largo y lleno de piedras y agujeros, pero estoy decidida a vivir y no dejar que los nubarrones oscuros, me amarguen más de lo necesario.

Así que ahí voy, desmelenada y loca una vez más, y sonriendo a la vida.
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